OPINION | CAPACIDAD PRODUCTIVA E INTERNALIZACIÓN
Dr.Juan Carlos Capuñay
Hoy en día, el escenario económico global comprende fluctuaciones en su marcha que han limitado los beneficios de la globalización e interdependencia productiva de finales de la década de los ochenta.
En particular, son cada vez mayores las limitaciones de acceso a las fuentes de financiamiento y a los mercados internacionales. Como consecuencia del cambio climático y las nuevas condiciones de los mercados globales, los precios de los alimentos y de la energía se han elevado. A ello se suma el resurgimiento del proteccionismo y los signos de una desglobalización.
Esta situación ha afectado principalmente a los países en desarrollo, tanto en el nivel y calidad de vida de sus poblaciones, como en las perspectivas de crecimientos de sus economías.
En ese sentido, en caso no se adopten medidas correctivas apropiadas, las mayores consecuencias las experimentarían las pequeñas y medianas empresas, sector emergente que, según estadísticas del Banco Mundial, representa el 80% en promedio de la capacidad instalada y ocupa el 60% de la población económicamente activa de estos países, con el consiguiente efecto en términos de empleo y generación de ingresos. Quizá en el caso del Perú y América Latina estas cifras son aún mayores.
Un proceso de reformas estructurales requiere de un compromiso público privado a través de iniciativas amplias y un consenso para la implementación de estas.
La facilitación de los negocios por parte del Gobierno estimulará las inversiones del sector privado en emprendimientos y aumento de la capacidad productiva mediante la introducción de innovación y nuevas tecnologías, con el consiguiente mejoramiento de los términos de competitividad en la marcha del sector.
Un compromiso público privado en torno al proceso de reformas estructurales generará estabilidad y confianza para las iniciativas de negocios, aumentando las posibilidades de una inserción en el mercado global.
Un aspecto importante es la incorporación de las pequeñas y medianas empresas en las tratativas internacionales por medio de una presencia en los acuerdos de libre comercio y en los mecanismos de facilitación como los esquemas de integración APEC, CPTPP y la Alianza del Pacífico. La agroindustria en el Perú ocupa ahora un lugar privilegiado en el mercado internacional de frutas, luego del proceso de apertura comercial del Perú y que las empresas productoras fueran incluidas en este.
De igual forma, las reformas estructurales deberían facilitar la instalación e inicio de negocios, mediante esquemas como la ventanilla única y la simplificación administrativa, así como mediante incentivos para facilitar su participación en conglomerados integrales de producción-comercio, es decir, en cadenas de valor productiva y comerciales, toda vez que ello les permitiría un mayor acceso a mercados internacionales.
En este sentido, se debería también fomentar la formación de capacidades y la especialización técnica, tarea que incluye la reducción de la brecha digital para los fines de su participación en tratativas como comercio digital y cooperación tecnológica.
La participación en el mercado global es importante y urgente para el sector productivo nacional. La innovación y las nuevas tecnologías representan los vehículos idóneos para tal propósito. La ventaja competitiva ha reemplazado hoy a la ventaja comparativa. La transformación digital ofrece beneficios, pero también desafíos. La formulación y aplicación de medidas encaminadas a reformas estructurales amplias ofrecerá el beneficio del aumento de la capacidad productiva y su internacionalización.
* Escrito por Dr.Juan Carlos Capuñay, Embajador en en Singapur, Japón y China. Fue Director Ejecutivo del APEC Secretariat (Miembro del CEAS)
Publicado en El Peruano