En el Perú, la producción de conocimientos en las variadas áreas del saber ha estado vinculada a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a sus maestros, alumnos y egresados. En los últimos decenios, los cambios económicos, sociales, políticos y culturales alcanzaron nuevos niveles que por su extensión, velocidad y profundidad los han denominado la era de la globalización. La sociedad exige hoy a la Universidad una formación profesional de calidad y competitiva, así como una mayor producción de conocimientos científicos, teóricos y aplicables.
Plan Estratégico
San Marcos frente a la nueva dimensión que alcanza el fenómeno y ante la necesidad tan grande y urgente que demanda el país, ha orientado sus acciones a atender estas demandas para contribuir con los resultados de sus investigaciones al desarrollo sostenible que se requiere. En esa perspectiva, desde fines de los noventa formalizó la gestión de la investigación científica, creando primero el Consejo Superior de Investigaciones y, a partir del 2005, el Vicerrectorado de Investigación.
Es importante revertir la percepción que tienen la sociedad, la comunidad nacional e internacional de que San Marcos poco o nada hace por la investigación, alejada de los grandes problemas nacionales y del estudio de la realidad nacional. A nivel internacional se le visualiza sólo por las publicaciones en las revistas indizadas y las citaciones de los trabajos de sus investigadores y, no obstante, se ha ubicado como la primera universidad pública peruana en el ranking internacional. A pesar de estos logros, su lugar en el contexto internacional está muy lejos de sus pares de América Latina como Brasil y México. En ese sentido, la competencia con otras universidades del medio, con los Institutos y Centros de Investigación de las grandes empresas está marcada; pero también las alianzas estratégicas con el Estado, los gobiernos regionales, locales, el empresariado, etc., indudablemente fortalecerán la tarea de investigación. La investigación, en tanto proceso de conocimiento de la realidad para contribuir a su transformación, implica un aporte teórico de nivel, una aplicación de sus resultados que contribuya a la promoción, generación, uso y difusión del conocimiento científico, tecnológico y humanístico y, con ello, al desarrollo social, económico y cultural que el país necesita.